Hoy las empresas buscan cumplir normativas, optimizar costos y elevar sus estándares ambientales. En ese contexto, surge una pregunta clave: ¿cómo transformar un problema en una oportunidad? La respuesta está en un modelo que convierte el residuo en recurso. Eso es lo que impulsa Reciclamás con su sistema integral: una propuesta que parte en terreno, educa a los equipos, clasifica en planta y asegura destinos de valorización con trazabilidad completa. ¿El resultado? Mayores tasas de reciclaje, menos envío a vertederos y métricas claras para reportar avances.

Hoy las empresas buscan cumplir normativas, optimizar costos y elevar sus estándares ambientales. En ese contexto, surge una pregunta clave: ¿cómo transformar un problema en una oportunidad? La respuesta está en un modelo que convierte el residuo en recurso. Eso es lo que impulsa Reciclamás con su sistema integral: una propuesta que parte en terreno, educa a los equipos, clasifica en planta y asegura destinos de valorización con trazabilidad completa. ¿El resultado? Mayores tasas de reciclaje, menos envío a vertederos y métricas claras para reportar avances.

Paso a paso que marca la diferencia

El acompañamiento se traduce en un proceso claro y medible: diagnóstico inicial; diseño del plan con metas, contenedores y cronogramas; formación de colaboradores en segregación en origen; recolección con flota especializada; clasificación minuciosa en planta; enfardado y envío a valorizadoras certificadas; y reportes periódicos con indicadores de reciclaje, reducción de desechos y cumplimiento.

Este enfoque supera el servicio estándar de “retiro y disposición”. La propuesta de Reciclamás integra asesoría, capacitación, clasificación profesional y valorización efectiva, maximizando la recuperación de materiales y reduciendo el impacto ambiental. La prioridad es cerrar el ciclo bajo los principios de economía circular y con transparencia sobre el destino final de cada flujo.

El corazón del modelo: la planta de clasificación

“Nuestra planta de clasificación es el corazón de nuestro sistema”, subraya Pereda. Allí, tecnología y personal capacitado separan plásticos, metales, cartón y vidrio para que lleguen en óptimas condiciones a las empresas valorizadoras. Cuando la segregación en origen es efectiva, la recuperación puede alcanzar tasas muy altas; cuando no lo es, la contaminación cruzada disminuye el valor de los materiales y eleva los costos operativos.

La compañía trabaja solo con valorizadoras certificadas, aplica auditorías internas y externas, y traza cada material desde la recolección hasta su destino final. Así, eleva la calidad de los recuperables y minimiza la disposición, alineándose con objetivos ambientales exigentes y estándares de mercado.

Impacto medible para el negocio y el entorno

Los beneficios se ven en la caja, en la huella y en la reputación. Un cliente industrial, por ejemplo, redujo en 60% el envío a vertedero en un año tras implementar segregación en origen, capacitación y optimización logística; en planta se clasificó el 85% de sus residuos reciclables y esa mejora acompañó la obtención de una certificación ambiental. En términos generales, cuando la segregación funciona, la tasa de reciclaje puede bordear el 90%, la calidad de materiales clasificados alcanza estándares del 95% y se reportan ahorros relevantes en costos de gestión.

Solo en 2024, Reciclamás gestionó 13.000 toneladas de residuos; 10.500 fueron recicladas, evitando la emisión de 12.000 toneladas de CO₂ equivalente. Estos datos permiten a los clientes reportar con evidencia a sus grupos de interés y vincular su operación con metas ESG concretas.

Con escucha activa, diseño a medida, disciplina operativa y una planta que asegura calidad y trazabilidad, Reciclamás demuestra que gestionar residuos no es un trámite logístico: es una palanca estratégica para la competitividad, la sostenibilidad y la confianza de marca.